En esta crónica Martín Caparrós se interna en la tierra de Misiones para mostrarnos como se cultiva la yerba mate. La misma es corta comparada con otras, pero de gran poder descriptivo. La crónica no mantiene un orden cronológico, sino que el escritor se remonta al pasado para describir situaciones que se relacionan directamente con el presente de la historia.
Comienza por describir el tedio del viaje que lo lleva a la provincia; sin embargo, luego hace un salto en el relato para presentar un monólogo de la historia del mate y de lo que significa actualmente tomar mate para el argentino. Luego se remonta a los inicios de la historia para explicar cómo se dieron las primeras cosechas de dicha yerba.
La historia va y viene en la historia, del viaje, la dificultad ante la lluvia y conseguir un lugar donde dormir se remonta al siglo XIX y explica los orígenes de esta costumbre y la utilidad que se le daba a dicha yerba.
En todo momento Caparrós nos pinta el paisaje de Misiones, esa tierra mítica respecto al cultivo de yerba mate, y de cómo es la vida de los pobladores allí. A lo largo de toda la crónica Caparrós se va cruzando con personajes que le describirán lo que es la vida en Misiones y lo que significa el cultivo de yerba mate para ellos.
La construcción de los diálogos no es algo que el autor deje librado al azar. Él rescribe la manera de hablar de los aldeanos, a imágen y semejanza,
-Se ve que usté no es de por acá.
Me dice un hombre de boina hasta las cejas y bombachos viejos, gastados.
-¿Por qué, tengo mucha pinta de gringo?
-No, acá gringos hay muchos. Pero tiene el coche con tierra oscura, todavía no se le ha prendido la tierra colorada.
Por algo Martín Caparrós es considerado uno de los cronistas mas importantes. Su modo de describir cada objeto, persona o circunstancia es incomparable con cualquier otro escritor. Su escritura particular nos conduce en un viaje directo al lugar donde se encuentra. Parece describir cada segundo de tiempo en el que está, para tal vez dejarnos ver con lujos de detalle el momento vivido.
Para él, “La crónica es una mezcla, en proporciones tornadizas, de mirada y escritura. Mirar es central para el cronista –mirar en el sentido fuerte. Mirar y ver se han confundido, ya pocos saben cual es cual. Pero entre ver y mirar hay una diferencia radical. (...) Mirar es la búsqueda, la actitud consciente y voluntaria de tratar de aprehender lo que hay alrededor- y de aprender. Para el cronista mirar con toda la fuerza posible es decisivo. Es decisivo adoptar la actitud del cazador
Noelia Santolini
Comienza por describir el tedio del viaje que lo lleva a la provincia; sin embargo, luego hace un salto en el relato para presentar un monólogo de la historia del mate y de lo que significa actualmente tomar mate para el argentino. Luego se remonta a los inicios de la historia para explicar cómo se dieron las primeras cosechas de dicha yerba.
La historia va y viene en la historia, del viaje, la dificultad ante la lluvia y conseguir un lugar donde dormir se remonta al siglo XIX y explica los orígenes de esta costumbre y la utilidad que se le daba a dicha yerba.
En todo momento Caparrós nos pinta el paisaje de Misiones, esa tierra mítica respecto al cultivo de yerba mate, y de cómo es la vida de los pobladores allí. A lo largo de toda la crónica Caparrós se va cruzando con personajes que le describirán lo que es la vida en Misiones y lo que significa el cultivo de yerba mate para ellos.
La construcción de los diálogos no es algo que el autor deje librado al azar. Él rescribe la manera de hablar de los aldeanos, a imágen y semejanza,
-Se ve que usté no es de por acá.
Me dice un hombre de boina hasta las cejas y bombachos viejos, gastados.
-¿Por qué, tengo mucha pinta de gringo?
-No, acá gringos hay muchos. Pero tiene el coche con tierra oscura, todavía no se le ha prendido la tierra colorada.
Por algo Martín Caparrós es considerado uno de los cronistas mas importantes. Su modo de describir cada objeto, persona o circunstancia es incomparable con cualquier otro escritor. Su escritura particular nos conduce en un viaje directo al lugar donde se encuentra. Parece describir cada segundo de tiempo en el que está, para tal vez dejarnos ver con lujos de detalle el momento vivido.
Para él, “La crónica es una mezcla, en proporciones tornadizas, de mirada y escritura. Mirar es central para el cronista –mirar en el sentido fuerte. Mirar y ver se han confundido, ya pocos saben cual es cual. Pero entre ver y mirar hay una diferencia radical. (...) Mirar es la búsqueda, la actitud consciente y voluntaria de tratar de aprehender lo que hay alrededor- y de aprender. Para el cronista mirar con toda la fuerza posible es decisivo. Es decisivo adoptar la actitud del cazador
Noelia Santolini
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