jueves, 22 de mayo de 2008

Análisis de La Argentina crónica

En el en libro La Argentina Crónica, confluyen distinta y muy variados trabajos. Cada autor aporta su estilo a la hora de escribir y relatar los hechos que vivieron. Cuando el compilador del libro dio las razones por las cuales publico este libro explicó que “este libro pretende ofrecer una muestra de las mejores piezas del genero que se produce hoy en la Argentina. Se trata de catorce crónicas cuyo eje temático es la Argentina, publicadas entre 1997 y 2007, que lejos de un ensayo sociológico piensan y retratan al país a través de múltiples miradas”.
Carolina Reymúndez se interno en el mágico mundo de la tele para descubrir quienes son y como llegaron los reidores, allí esos bichos raros que lo único que pretenden es que algún productor los descubra y los traslade al mundo de las luces y las cámaras, al mundo de la fama. Por otro lado, Cristian Alarcón, se meterá en la vida de Margarita Di Tullio para saber como vive esta madama de prostíbulos y que hay de cierto y de mentira con relación al caso José Luis Cabezas. Leila Guerriero, hará un recorrido a través de la historia para conocer la fantástica y dramática historia de los poblete, una historia larga y con muchos sobresaltos.
Ahora bien, a la hora de analizar las estructuras de las crónicas podemos referirnos a tres trabajos en particular, estos son; Skinheads antifascistas: el lado rojo de la fuerza; En campaña con Duhalde y Ortega, y Las hermanas satánicas
En la primera de este trío de crónicas, se nota que el periodista hizo una arduo trabajo de muchos meses con estas personas, él mismo lo aclara en su crónica. La estructura de la misma no es cronológica, el escritor va aportando los datos según las situaciones, comienza explicando el encuentro con dos skinheads, para luego remontarse al pasado y explicar la historia del movimiento desde sus inicios en Jamaica. La crónica se centra en mostrar la vida e ideología de esta tribu urbana, y el por qué de los ataques a los “nazis”.
Esta es una crónica bastante extensa, pero que concentra muchos aspectos del movimiento “skin”. El autor le dedicará gran parte del trabajo a describir cada situación, pero más que eso describirá a cada uno de los personajes con los que él interactuó; los describe tan perfectamente, que nosotros podríamos reconocerlos en la calle si los viéramos.
La crónica va y viene en el tiempo, de repente habla de los inicios de la tribu urbana, para luego saltar al presente, donde se encuentra con el grupo tomado una cerveza en el supermercado chino. Creo que esta estrategia de presentar asi el texto, el autor la pudo lograr luego de un intenso trabajo de escritura e investigación, ya que si bien la estructura no es cronológica, cada dato encaja perfectamente en cada lugar, como si fuera un rompecabezas.
La crónica titulada En campaña con Duhalde y Ortega, es puramente lineal, describe el viaje de regreso desde la Quiaca a Retiro, Buenos aires. La crónica relata el viaje que realizan ambos candidatos, en el Tren de la Esperanza, durante la época de campaña de las elecciones nacionales. El trabajo es breve, pero logra condensar en dos páginas la historia que duró miles de kilómetros. Luego de relatar el viaje, el periodista terminará la nota con una breve entrevista a ambos candidatos, en la que les preguntará por las drogas, sus vidas sexuales y la política.
En todo momento el escritor deja mostrar su subjetividad al respecto, fundamentalmente al final de la crónica donde formula una conclusión respecto del viaje y la campaña, “ Hay mas de setenta micros contratados para recibir al Tren de la Esperanza en la estación Retiro. La gente viene de los alrededores, comiendo lo9s mismos sánguches que se servían en el tren y tomando vino aún más barato. A nadie le interesa la locomotora. Tampoco, como a los chicos del norte, lo que dicen los candidatos. De cualquier forma, rematan cada frase golpeando los bombos con brazos gordos, y se ríen porque la vida es así: un espectáculo ruidoso y sin sentido, una mordida con sabor a nada. En cualquier momento debería largarse la tormenta”
Por último, la crónica “Las Hermanas satánicas”, es un reportaje exhaustivo con Gabriela Vásquez, testigo y sobreviviente de la tragedia. Aunque en un principio fue internada en un hospital neuro psiquiátrico, junto a su hermana, asesina de su padre.
La crónica no es lineal, al igual que la de los skinheads, se remonta al pasado para aclarar ciertos aspectos de la vida de la familia Vásquez. Un ejemplo de ello es cuando el escritor se remonta al pasado y explica que Juan Carlos Vásquez nació producto de una violación. El escritor recreará todo la juventud de Juan Carlos, cómo crió a sus dos hijas, que pasó con la madre de ellas, cómo llegó a Buenos Aires, hasta su trágico final.
A lo largo de toda la crónica se mantendrá el relato de Gabriela, ella será la voz en la historia, salvo algunas interrupciones y pausas del autor, la crónica será un monólogo casi constante de dicha protagonista. Las descripciones de los lugares y de los cambios de humor de la protagonista marcarán el ritmo del diálogo. Finalmente escucharemos de la boca de la protagonista lo sucedido durante las horas previas al asesinato, y su vida dentro del neuro psiquiátrico donde fue trasladada junto a su hermana luego de la tragedia. Gabriela terminará confesando no saber lo que pasó ese día con su hermana.
Creo que el autor elige esta forma de terminar la crónica de modo que seamos nosotros los encargados de sacar las conclusiones, “Gabriela nunca mas podrá ver a su hermana como antes, como si nada hubiese pasado. ‘ Nadie conoce a Silvina mejor que yo. Es cierto que vivíamos peleando pero yo la quiero. Cunado nos despedimos, ese día, me abrazó bien fuerte. Me pidió perdón. Sin embargo, no sé, la sigo viendo como aquella mañana. No le termino de creer. Hubo un crac en mi hermana. Algo que permanece… que todavía no se fue’”
Estos tres trabajos, por demás diferentes, revelan la heterogeneidad del género conocido como no-ficción. Cada autor según su estilo y su visión del mundo, capturó historia y las encerró en este “hibrido” caratulado como crónica.

Noelia Santolini

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