miércoles, 4 de junio de 2008

Nota al pie

Rodolfo Walsh

En nota al pie el narrador relata la historia de Alfredo de León, un traductor de libros, que luego de trabajar durante años, decide quitarse la vida consumiendo veneno. La historia comienza en la habitación de la víctima, donde es encontrada muerta, y su inicio se centra en la llegada de su jefe (Otero) a la misma. En todo momento el personaje se pregunta cuales fueron las circunstancias que lo llevaron a eso. El resto de los habitantes de la casa donde vivía en lo único por lo que están preocupados es por quién va a pagar el funeral. Su angustia es superficial y ficticia. En cambio la congoja que siente Otero es real, en cierta forma se siente culpable por la desgracia.
Lo particular del cuento no es la historia en sí, ya que finalmente el protagonista no llega a descubrir las circunstancias que llevaron al suicidio a su empleado. Lo único que tiene para conocer la verdad es una carta que el difunto le deja. Esta carta no parece redactada en ninguna parte del cuerpo de la narración, sino que, como el nombre del relato lo indica, la nota al pie del texto es la misma carta.
Las circunstancias que llevaron a Walsh a utilizar esta estrategia son muchas, imagino que de esa forma no solo crea un impacto visual en la estructura, sino que nos brinda la intriga de saber que es lo que oculta esa única y extensa nota al pie que recorre todo el cuento.
Creo que la historia 1 es clara, una persona que decide quitarse la vida, dando las explicaciones pertinentes al caso. Pero la historia 2 es más compleja, ¿Qué es lo que muestra Walsh con esto?, creo que las miserias humanas, de los habitantes de la casa que vivían con él, y que prácticamente notan que existe cuando paradójicamente ya no esta; De Otero, que nunca termino de comprenderlo, y creo que de él mismo, el cual habiendo alcanzado la cima, con sus escritos y criticas, se vio invadido y desbordado por esta fama y reconocimiento imprevisto, que en algún momento torció el camino y jamás pudo retomar su rumbo.
Lo increíble del relato es la descripción que hace Walsh del lugar, de cada detalle, gesto, mirada desconcertante. Hasta el detalle del papel que cubre las paredes del cuarto, todo, todo esta descrito “ La mirada de Otero vaga entre palmeras grises de un enorme oasis donde beben los camellos. Pero es solo una palmera, repetida hasta el infinito en el empapelado, un solo camello, un solo charquito, y el rostro del muerto se embosca en los arcos del ramaje, lo mira con el ojo sediento del animal, se disuelve por fin dejándole el resabio de un guiño, el resquemor de una burla”
El autor deja cabos sueltos, como el diccionario o el ruido de la maquina de escribir por las noches, que serán explicados en la “nota al pie” cuando descubramos que es la carta dedicada a Otero.
Creo que Walsh fue un precursor en muchos aspectos, pero en la escritura se destacó como ningún otro, la practicidad con que relataba las historia y la capacidad de insertarnos dentro de ella es algo difícil de hacer, y el, definitivamente él, lo logra en todos sus cuentos.

Noelia Santolini

2 comentarios:

Ariel Guallar dijo...

Buena reseña, Noelia. Habría que destacar la intención vanguardista y autónoma del cuento respecto de la tensión literatura y política que recorre la obra de Walsh, como señala Piglia en "Las tres vanguardias". Saludos

Oscar Ojea dijo...

El traductor no es Alfredo de León, sino Leon de Sanctis. No pude encontrar por ninguna parte quién es Alfredo de León –a quien está dedicado el cuento–.
León de Sanctis es un personaje ficcional, aunque con cierto anclaje en la realidad: en un momento, casi al final del cuento, en la nota al pie, el traductor dice haber competido con otros traductores, que son Aurora Bernárdez y Ricardo Baeza. Se trata de personas reales. Este borde entre realidad y ficción es lo que hace al cuento más apasionante aún.