domingo, 13 de abril de 2008

Reflexión sobre el género

Cuando comencé a pensar en como hacer la entrevista, lo primero que hice fue leer muchos reportajes, esto me abrió el camino para poder identificar la estructura de una entrevista. Lo primero que me pregunte es ¿Cómo identifico una entrevista?, ¿Todas las notas que salen en un periódico son entrevistas? Para despejar esta duda recordé una cita de Maite Alvarado, en la cual establece que “Los géneros escritos se diferencian por los paratextos que rodean al texto, el paratexto orienta al lector para que encuadre el texto en un género determinado, a partir de esto, el lector se prepara para lo que el texto va a plantear”.
Al leer las entrevistas realizadas a Borges, Puig, Capote, entre otros, observe que cada autor utilizaba dicha herramienta según le parecía mas cómodo, algunos realizan su entrevista como si fuera una narración, otros mantenían la formalidad del género –pregunta/ respuesta-, otros comenzaban con una breve biografía de su entrevistado. Sin embargo, lo que más me preocupaba era lograr que mi entrevista pudiera estar a la altura de esas.
Lo que si estaba claro es que, como dice Beatriz Sarlo en la presentación del texto de Arfuch “la entrevista produce autenticidad porque establecer el juego de presencia y de relación directa, esta unida al contrato de decir la verdad”, debido a que lo que yo quería mostrar era la autenticidad de los hechos.
Lo que a mi me interesaba, era mostrar ese pedacito de verdad que se escondía detrás de esos grandes paneles de dos metros, done se mostraba el horror que la dictadura había causado, ya que como dice Ulibarri “en la entrevista siempre se juega al descubrimiento de la verdad, una revelación que el diálogo, en una medida próximo a la indagación detectivesca, ayudaría a descubrir”. Por otro lado, al comenzar mi trabajo, si bien tenía una serie de preguntas para guiarme, no sabía muy bien adonde me iba a llevar la conversación, ya que las repuestas de mi entrevistada, iban marcando la pauta de la pregunta siguiente.
Cuando comencé la entrevista quise indagar sobre cuestiones más personales de mi entrevistada -más biográficos- para así romper el hielo, y luego sí comenzar con el tema que me interesaba. Al respecto Arfuch dice que “el trabajo detectivesco comienza en ocasiones tratando de ubicar al personaje, ganarse su confianza, obtener finalmente una cita; otras veces se trata de una investigación; otras veces se trata de una investigación previa al cuestionario, que concierne a una biografía, una teoría o una gestión, pero en todos los casos lo que prima en la imaginación del entrevistador es el deseo de develar algo, de ir mas allá de lo que esta a la vista.”
La clave para lograr una buena entrevista es, en principio tener una buena base de información acumulada sobre la persona y el tema que nos interesa.
El género, nos presenta una forma diferente, pero eficaz de conocer en mayor profundidad a una persona y un tema. Porque mas allá de que la entrevista se base de un tema determinado, la conversación e interacción con el otro, también nos hace conocer indirectamente a la persona a la que se esta entrevistando.
Por otro lado, una vez que logré mi entrevista, la duda que me surgió fue cómo organizar toda la información que tenía, no sabía si darle una estructura más narrativa, o mantener la organización clásica de la misma. Finalmente me decidí por la segunda. Sin embargo, opte por utilizar una entrada narrativa a la que se refiere Ulibarri “apelan al relato como imán. Del interés de aquel dependerá la fuerza de atracción de este. Solo hay que seleccionar muy bien lo que se va a narrar: también se debe cuidar la forma en que se emprende la tarea. Esta estrategia, la utilicé con el objetivo de captar la atención de mi lector. Un lector imaginario, que fue construido imaginando a un joven, universitario o no, para que esta información lo aproxime al tema de fondo que hay detrás de la entrevista, y que es la huella imborrable que dejó la última dictadura militar, y la importancia de mantener viva la memoria.
Lo que concluyo de este género es que, por un lado, no es narrativo, aunque sí puede utilizarse la narración como herramienta de apoyo; por otro lado, tampoco es descriptivo, aunque también lo utiliza. Podríamos estar nombrando todos los modelos de escritura que hay, sin dar nunca con el exacto que encierra a la entrevista. Esto se debe a que la misma es un género único e irrepetible, el cual encierra en su interior todos los aspectos de los demás. Aunque, como bien dice Ulibarri “El reportaje no es un simple deposito de posibilidades múltiples o collage de géneros diversos, sin alma, esencia y componentes propios. Al contrario, es plural en elementos, diverso en orientaciones y énfasis, proclive a transformarse según las aptitudes, vicios o virtudes de sus creadores, pero necesariamente atado a fundamentos que le dan su peculiar vida y nombre”


Noelia Santolini

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